La consultora IQ4I estima que el sector mundial de biotextiles alcanzará un valor total de 7.390 millones de dólares en 2023.
Los biotextiles son estructuras compuestas por fibras textiles que después son transformadas en tejidos de punto, tejidos a la plana, no-tejidos, etc. Están diseñados para su uso en entornos biológicos específicos donde su actividad depende de su compatibilidad y estabilidad con las células y fluidos biológicos existentes en su nuevo entorno. Actualmente se usan ya en implantes médicos, como los reparadores de hernias, los injertos arteriales, la piel artificial, los ligamentos y tendones, las suturas quirúrgicas, etc.
Pueden fabricarse con fibras naturales o artificiales o pueden ser extruidos a partir de materiales metálicos o poliméricos. Son muy versátiles, puede ser absorbibles o no y pueden customizarse con las formas necesarias (bi o tridimensionales) e incorporar recubrimientos que aceleren los procesos curativos y reduzcan el peligro de complicaciones. Resultan ideales para crear implantes absorbibles que, además, desprendan sustancias determinadas. Deben ser siempre biocompatibles -porque deben ser no-tóxicos ni cancerígenos- y bioestables -o sea, químicamente inertes-, y por supuesto resistentes al desgaste y a la corrosión.